Después de 17 años de trabajar en la granja lechera del Condado de Stanislaus, Antonio decidió presentar un reclamo por su comida y descansos perdidos.
Debido a la naturaleza del trabajo de la lechería, era difícil que Antonio tuviera un descanso de 15 minutos durante el día y requería que uno de los otros dos empleados de la lechería pudiera cubrirlo. Cualquier breve descanso que tomaba era interrumpido. Aunque los trabajadores lecheros en pequeñas granjas no están protegidos por las leyes típicas de horas extras en California, Antonio todavía tenía derecho a sus descansos.
El Centro de Derechos Laborales pudo ayudarle a Antonio a prepararse para su audiencia en la Oficina del Comisionado Laboral y negociar un acuerdo la mañana de la audiencia, lo cual permitió que su antiguo empleador le pagará puntualmente por las violaciones. La persistencia de Antonio de ser compensado por los descansos que perdió durante muchos años es solo un paso para mejorar las condiciones de los trabajadores lecheros en todo el estado. Cuando un trabajador recupera su dignidad, abre el camino para que otros sigan su ejemplo.